Cómo manejar los berrinches en los niños

Los berrinches y estallidos emocionales hacen parte del desarrollo natural de los niños, en especial de los más pequeños, quienes aún están aprendiendo a gestionar sus emociones. Por esta razón es importante aprender a distinguir entre los berrinches ocasionales, que son comunes y esperables y aquellos que son frecuentes o intensos, ya que estos últimos podrían ser un signo de un problema mayor. 

En este artículo, explicaremos las principales causas de los berrinches, desde las necesidades básicas insatisfechas hasta los desafíos en el desarrollo emocional. También te enseñaremos a diferenciar entre los berrinches típicos y aquellos que podrían indicar un problema mayor.  

¿Por qué los niños tienen rabietas y problemas de ira?

La ira en los niños según (Berk, 2018) es una respuesta natural que puede surgir como consecuencia de la frustración, angustia o por dificultades en la comunicación. Los niños, en especial los más pequeños, aún están desarrollando sus habilidades para regular sus emociones y expresar sus necesidades de forma efectiva. Cuando se sienten frustrados, incomprendidos o incapaces de comunicar lo que necesitan y sienten, pueden recurrir a rabietas y estallidos emocionales como la manera de expresar su malestar.

Como señala Gross (2014), la regulación emocional es un proceso complejo que implica la capacidad de identificar, comprender y manejar las emociones de manera adaptativa. En los niños, esta habilidad está en desarrollo, lo que puede explicar por qué a menudo recurren a las rabietas como una forma de expresar emociones intensas que aún no saben cómo manejar.

Factores clave que desencadenan estallidos emocionales

Distintos factores pueden desencadenar los estallidos emocionales en los niños. Algunos de los más comunes que se pueden evidenciar son los siguientes.

Frustración

En el momento que los niños se enfrentan a obstáculos o desafíos que perciben como insuperables, pueden experimentar frustración. Esta frustración puede surgir de dificultades para completar alguna tarea, la sensación de no ser escuchados y comprendidos, o la incapacidad para obtener lo que desean en un momento determinado.

Angustia emocional

La angustia emocional, bien sea por estrés, ansiedad o tristeza, puede ser un factor importante para desencadenar rabietas infantiles. Los niños que experimentan angustia pueden presentar dificultades para gestionar sus emociones y pueden ser más propensos a estallidos emocionales.

Dificultad para comunicarse 

Los niños que presentan dificultades para comunicarse, ya sea por limitaciones en su lenguaje o por dificultades para expresar sus necesidades y sentimientos, pueden utilizar las rabietas como una forma de llamar la atención y comunicar su malestar.

Necesidades básicas insatisfechas 

El hambre, la fatiga o la incomodidad física pueden ser desencadenantes comunes de rabietas en los niños pequeños y hasta en los más grandes. Cuando los niños tienen sueño, hambre o se sienten incómodos, pueden ser más propensos a irritarse, frustrarse y generar un estallido emocional.

Desafíos en el desarrollo 

Algunos niños pueden ser más propensos a las rabietas debido a desafíos en su desarrollo, como por ejemplo, al evidenciar dificultades en su procesamiento sensorial o por la presencia de trastornos en su neurodesarrollo.

Señales de alerta en los berrinches e ira de los niños

Preocuparse por los berrinches de un niño es importante, especialmente si interfieren con su vida diaria o la de su familia. Si bien no hay una “edad límite” definida para los berrinches, su persistencia, intensidad y el contexto en el que ocurren son factores clave a considerar (Campbell, 2002). Estas son algunas señales de alerta a las que se debe prestar atención:

Frecuencia y duración excesivas

Si los berrinches ocurren con mucha frecuencia (varias veces al día) o duran mucho tiempo (más de 15-20 minutos) de manera regular, podría ser una señal de que el niño tiene dificultades para gestionar sus emociones (Mashburn et al., 2008). Es importante notar que la frecuencia “normal” varía según la edad y el desarrollo del niño.

Intensidad y peligrosidad

Si los berrinches son extremadamente intensos e incluyen comportamientos peligrosos para el niño o los demás (como lastimarse, golpear, morder o destruir objetos), es importante buscar ayuda profesional de inmediato. La presencia de agresión física (golpear, morder, patear) o comportamientos autolesivos (golpearse la cabeza, arañarse) durante los berrinches es una clara señal de alerta y es necesario buscar atención profesional lo antes posible (Gershoff et al., 2013).

Impacto en el funcionamiento 

Cuando los berrinches afectan negativamente el desempeño escolar del niño, sus relaciones con otros niños o su participación en actividades sociales, es importante buscar ayuda. Los berrinches que interfieren con la vida diaria del niño y su familia son un motivo para atenderlos.

Impacto en la dinámica familiar

Si los berrinches causan un estrés significativo en el bienestar de la familia, dificultan la vida diaria o generan sentimientos de culpa o frustración en los padres, es importante buscar apoyo profesional. La tensión familiar resultante también puede afectar negativamente al niño.

Malestar emocional del niño

Si el niño expresa sentirse mal por su falta de control durante los berrinches, o si muestra signos de ansiedad, tristeza o depresión, es importante hablar con un profesional de la salud mental. La vergüenza o culpa después de un berrinche puede ser una señal de que el niño necesita ayuda para desarrollar habilidades de regulación emocional.

Causas más comunes de la ira en los niños 

Los estallidos emocionales en los niños pueden ser inesperados para los padres, pero comprender las causas subyacentes puede ayudar a abordarlos de forma efectiva. La ira en los niños puede ser una respuesta a distintos factores, desde desafíos en su desarrollo hasta experiencias emocionales difíciles. A continuación, mencionamos algunas de las causas más comunes. 

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Los niños con TDAH pueden presentar dificultades para seguir instrucciones y controlar sus impulsos, lo que puede llevarlos a frustrarse y enojarse. Como señalan Barkley y colaboradores (2018), “Los niños con TDAH… pueden tener dificultades para regular sus emociones, lo que puede manifestarse como irritabilidad, explosiones emocionales y baja tolerancia a la frustración”.

Ansiedad

Los estallidos emocionales también podrían ser un mecanismo de defensa frente a situaciones estresantes o abrumadoras de su diario vivir. La ansiedad puede manifestarse en los niños a través de distintos síntomas, incluyendo irritabilidad y estallidos emocionales.

Trastornos del aprendizaje

La frustración por no poder realizar sus tareas escolares puede ser otra causa de ira en los niños. Según Lerner (2000), “Los niños con dificultades de aprendizaje… pueden experimentar frustración y baja autoestima debido a sus dificultades académicas, lo que puede contribuir a problemas de conducta y emocionales”.

Problemas del procesamiento sensorial

La hipersensibilidad a luces, ruidos o texturas puede generar irritabilidad y enojo en algunos niños. Los niños con problemas de procesamiento sensorial pueden ser hipersensibles a ciertos estímulos sensoriales, lo que puede llevar a reacciones emocionales desbordadas.

Autismo

Las dificultades en la comunicación y la rigidez en la rutina pueden ser factores que contribuyen a los estallidos emocionales en niños con autismo. Los niños con autismo pueden presentar dificultades para comunicarse y expresar sus necesidades, lo que puede llevar a frustración y estallidos emocionales.

Trauma o estrés en el hogar

La inseguridad emocional derivada de experiencias traumáticas o estrés en el hogar puede reflejarse en conductas agresivas o desafiantes. “Los niños que han experimentado trauma… pueden mostrar una variedad de problemas emocionales y de conducta, incluyendo irritabilidad, agresión y dificultades para regular sus emociones”, afirman Cook y colaboradores (2005).

Estrategias para manejar los berrinches y la ira

Manejar los berrinches y la ira en los niños para muchos padres y cuidadores principales puede ser un desafío, pero existen estrategias efectivas que pueden ayudarles a abordar estos episodios de forma constructiva y tranquila. Estas estrategias se centran en prevenir, la respuesta adecuada durante el berrinche y la enseñanza de habilidades de autorregulación.

Prevención: Reducir los desencadenantes

La prevención es clave para reducir la frecuencia e intensidad de los berrinches en los niños. Esto significa identificar y minimizar los desencadenantes potenciales.

Anticipar situaciones difíciles y preparar al niño 

Anticipar las situaciones que pueden ser difíciles para el niño y prepararlo con anticipación puede ayudar a reducir la probabilidad de que se presente un berrinche.

Establecer rutinas predecibles 

Las rutinas predecibles y estructuradas pueden brindar a los niños una sensación de seguridad y control, lo que podría reducir su ansiedad y la frustración.

Dividir tareas complicadas en pasos más pequeños

Dividir las tareas, a las que se enfrenta, en pasos más pequeños y manejables puede ayudar a los niños a sentir que realizó distintos logros y reducir la frustración que puede llevar a un berrinche.

Evitar la sobrecarga sensorial en niños sensibles

Para los niños con sensibilidad sensorial, es importante evitar la sobrecarga de estímulos sensoriales, como las luces brillantes, ruidos fuertes, multitudes, etc.

Cómo actuar ante un berrinche

Cuando un berrinche ocurre, la respuesta de los padres y cuidadores es crucial para cambiar la respuesta del niño.

Mantener la calma y no reaccionar con enojo

Es indispensable que los padres y cuidadores mantengan la calma durante un berrinche y no reaccionen con enojo, ya que esto puede intensificar y hacer que se siga repitiendo la situación.

¿Cómo ceder ante la rabieta?

Ceder ante la rabieta de un niño puede reforzar el comportamiento y hacer que sea más probable que el niño recurra a berrinches en el futuro, intenta cambiar el foco del berrinche o llegara a un acuerdo que beneficie a ambas partes sin que el niño sienta que tuvo lo que quiso totalmente debido a su berrinche.

Gestión de comportamientos menores y reforzar los positivos

Modificar con estrategias acertadas los comportamientos disruptivos menores y reforzar los comportamientos positivos puede ser una estrategia efectiva para reducir los berrinches.

Aplicar consecuencias 

Es importante que los padres, niños y cuidadores acuerden y establezcan límites claros con consecuencias para los comportamientos inapropiados.

Enseñar a los niños a autorregularse

Enseñar a los niños habilidades de autorregulación es esencial para que puedan gestionar sus emociones de forma saludable.

Técnicas de respiración pausada

Enseñar a los niños técnicas de respiración o relajación pausada puede ayudarles a calmarse y regular sus emociones durante un berrinche o ataque de ira.

Uso de un “rincón de la calma” en casa

Crear un “rincón de la calma”, aprobado y creado por los niños, puede proporcionar a los niños un espacio seguro para retirarse y calmarse cuando se sienten abrumados.

Enséñale a gestionar sus emociones

Los padres pueden enseñar cómo manejar el enojo de manera saludable expresando sus emociones de manera apropiada y las estrategias que usan para gestionarlas, hay muchos padres que en estas situaciones cuentan historias que llaman la atención de sus hijos, juegan a ataques de cosquillas, cantan, etc.

Uso de alternativas para expresar frustración

Es importante enseñar a los niños alternativas para expresar la frustración, como dibujar, escribir o hablar con un adulto de confianza.

Los berrinches y ataques de ira son una parte natural del desarrollo infantil. Todos los niños, en algún momento u otro, experimentan frustración, enojo o tristeza, y a menudo utilizan los berrinches como la forma para expresar estas emociones intensas. Como padres y cuidadores, es fundamental que comprendamos por qué ocurren los berrinches y cómo podemos abordarlos de manera efectiva en nuestros hijos.

Si sientes que has utilizado todas estas estrategias y no cumples tu propósito de calmar a tu hijo te invitamos a dejarnos tus datos aquí y uno de nuestros psicólogos se comunicará contigo para ayudarte a buscar las mejores estrategias para mejorar la ira y los berrinches de tu hijo. 

 

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