La adolescencia es una etapa de la vida marcada por transformaciones intensas a nivel físico, emocional y social. Para muchos padres, este período puede parecer un desafío, ya que sus hijos comienzan a forjar su independencia, explorar su identidad y enfrentarse a un mundo de nuevas experiencias. Sin embargo, comprender las distintas fases de la adolescencia puede convertir este proceso en una experiencia más llevadera y fortalecer el vínculo familiar.
Este viaje se divide en tres etapas principales: adolescencia temprana, media y tardía. Cada una presenta características particulares y desafíos únicos. Acompáñanos en este recorrido para descubrir los cambios que experimentan los adolescentes y cómo puedes acompañarlos de manera efectiva.
Primera Etapa: Adolescencia Temprana (10-13 años): El Despertar de la Pubertad

La adolescencia se inicia con una explosión de cambios físicos impulsados por las hormonas. En esta etapa, los jóvenes experimentan un crecimiento acelerado y transformaciones como el desarrollo de los senos en las niñas, el aumento del tamaño de los testículos en los varones y la aparición de vello corporal. Las niñas suelen iniciar la pubertad antes que los niños, y muchas tienen su primera menstruación alrededor de los 12 años (Marshall & Tanner, 1969). Marshall y Tanner (1969) documentaron las variaciones en los patrones de cambios puberales en niñas, proporcionando una base para comprender la secuencia y el rango de estos cambios.
Cambios Hormonales y su Impacto
El estrógeno y la testosterona, las principales hormonas sexuales, desencadenan estos cambios físicos y también influyen en el estado de ánimo, provocando fluctuaciones emocionales y una mayor sensibilidad (Buchanan, Eccles, & Becker, 1992). Buchanan et al. (1992) investigaron si los adolescentes son “víctimas de hormonas furiosas”, encontrando evidencia de los efectos activacionales de las hormonas en los estados de ánimo y el comportamiento durante la adolescencia.
Cambio en sus hábitos de sueño
Los cambios en los patrones de sueño son comunes, con una mayor necesidad de descanso debido al rápido crecimiento (Carskadon, 2011). Carskadon (2011) describió la adolescencia como “la tormenta perfecta” en relación con el sueño, destacando la interacción de la fisiología puberal, la preferencia de fase retrasada y los factores sociales que contribuyen a la privación del sueño.
Cambios emocionales
Pero los cambios no son solo físicos. A nivel emocional, los adolescentes en esta etapa tienden a ver el mundo en términos absolutos: todo es blanco o negro, bueno o malo. También comienzan a desarrollar una mayor necesidad de privacidad y pueden sentirse incómodos con los cambios en su cuerpo. No es raro que experimenten ansiedad sobre su apariencia y piensen constantemente en cómo los perciben los demás (Erikson, 1968).
Desarrollo Cerebral
La amígdala, la parte del cerebro responsable de las emociones, se desarrolla antes que la corteza prefrontal, encargada del razonamiento lógico. Esto explica la impulsividad y las reacciones emocionales intensas características de esta etapa (Giedd, 2004). Giedd (2004) utilizó imágenes de resonancia magnética estructural para mapear el desarrollo del cerebro adolescente, mostrando que la maduración de la corteza prefrontal se retrasa en comparación con las regiones subcorticales.
¿Cómo orientar adolescentes en su primera etapa?
En esta etapa, es fundamental que los padres les brinden información clara y tranquilizadora sobre los cambios que están viviendo. Hablarles sobre la pubertad antes de que ocurran estos cambios les ayudará a sentirse más seguros. También es importante respetar su necesidad de privacidad sin perder la cercanía. La clave está en mantener una comunicación abierta y sin juicios, para que se sientan cómodos compartiendo sus inquietudes (Smetana & Asquith, 1994). Smetana y Asquith (1994) examinaron las concepciones de adolescentes y padres sobre la autoridad parental y la autonomía personal, subrayando la importancia de equilibrar la supervisión y la autonomía durante la adolescencia.
Segunda Etapa: Adolescencia Media (14-17 años): Exploración y Desafíos

Durante la adolescencia media, se intensifica la exploración de la identidad sexual y las relaciones románticas. En esta etapa, los jóvenes frecuentemente cuestionan su orientación sexual, lo que puede generar incertidumbre y dudas (Erickson, 1968). La influencia del grupo de pares se incrementa significativamente, impulsando el deseo de aceptación y pertenencia, lo que puede conducir a la toma de decisiones impulsivas o riesgosas (Steinberg, 2014).
Salud Mental y Redes Sociales
La prevalencia de la depresión en adolescentes puede estar vinculada al entorno tecnológico, incluyendo el uso de redes sociales (Twenge, 2020). La comparación constante y la exposición a contenido negativo en línea pueden exacerbar los problemas de salud mental en esta etapa.
Sexualidad
Es crucial proporcionar educación sexual integral durante la adolescencia media. Esta educación debe cubrir temas como el consentimiento, las relaciones saludables y la prevención de enfermedades de transmisión sexual (Santelli et al., 2017). Los padres juegan un papel fundamental al ofrecer apoyo y orientación en temas de sexualidad, fomentando un ambiente de comunicación abierta y confianza (Darling & Steinberg, 1993).
Desarrollo Cerebral y Toma de Decisiones
El cerebro adolescente aún está en desarrollo, lo que influye en la toma de decisiones. Aunque los adolescentes pueden comprender las consecuencias de sus acciones, las emociones a menudo dominan sobre la lógica (Casey & Caudle, 2013). Esta dinámica puede llevar a comportamientos riesgosos, como la falta de protección en relaciones sexuales o el consumo de sustancias, ya que la percepción del riesgo puede verse disminuida (Reyna & Farley, 2006).
¿Cómo apoyar a los adolescentes en la segunda etapa?
La adolescencia media es una etapa de transformación profunda, y el apoyo de los padres juega un papel crucial en el bienestar de sus hijos. Aquí te presento una guía para acompañar a tu adolescente durante este periodo.
Fomenta la comunicación abierta y honesta
Establece un ambiente de confianza donde tu hijo se sienta cómodo compartiendo sus pensamientos y sentimientos, sin temor a ser juzgado. Escúchalo activamente, mostrando interés genuino en sus experiencias y preocupaciones.
Respeta su individualidad y autonomía
Permítele explorar su identidad y tomar decisiones, aunque no siempre estés de acuerdo. Bríndale orientación y apoyo, pero evita imponer tus propias opiniones o controlar cada aspecto de su vida.
Promueve relaciones saludables
Anímale a cultivar amistades positivas y relaciones románticas basadas en el respeto y la igualdad. Habla abiertamente sobre el consentimiento, la comunicación y la prevención de la violencia.
Sé un modelo a seguir
Demuestra comportamientos saludables y responsables, como el manejo adecuado del estrés, el uso responsable de la tecnología y la toma de decisiones informadas.
Busca ayuda profesional si es necesario
Si observas cambios drásticos en su comportamiento, estado de ánimo o rendimiento académico, no dudes en buscar el apoyo de un psicólogo o consejero.
Mantente informado sobre los desafíos de la adolescencia
Infórmate sobre los cambios físicos, emocionales y sociales que experimentan los adolescentes, así como sobre los riesgos asociados con el consumo de sustancias, la actividad sexual prematura y el uso excesivo de redes sociales.
Recuerda que tu amor y apoyo incondicional son fundamentales
Hazle saber a tu hijo que estás ahí para él, sin importar los desafíos que enfrente. Celebra sus logros y ayúdale a aprender de sus errores.
Tercera Etapa: Adolescencia Tardía (18-21 años o más): Transición a la Adultez

La adolescencia tardía marca una transición significativa hacia la adultez, se caracteriza por la consolidación del desarrollo físico y la emergencia de un pensamiento más reflexivo y orientado al futuro (Arnett, 2019). En esta etapa, los jóvenes exhiben una mayor capacidad para evaluar las consecuencias de sus decisiones, mostrando una madurez cognitiva que les permite ponderar riesgos y beneficios con mayor precisión (Steinberg, 2014).
Las dinámicas familiares experimentan una transformación significativa, pasando de una relación basada en la autoridad a una en la que los padres son percibidos como consejeros y referentes valiosos (Smetana & Asquith, 1994). Las relaciones interpersonales, tanto de amistad como amorosas, tienden a estabilizarse, y los jóvenes comienzan a definir sus trayectorias profesionales y personales con mayor claridad (Larson, 2000).
Consejos para Acompañar a Tu Hijo Durante la Adolescencia
Comunicación Efectiva:
- Practicar la escucha activa y la empatía es fundamental para establecer un diálogo abierto y sincero (Gordon, 2000).
- Crear un ambiente seguro y libre de juicios fomenta la expresión honesta de pensamientos y sentimientos (Nelsen, 2006).
- Para no tomarse personal las reacciones de los adolescentes, es importante recordar que su cerebro aún está en desarrollo, y que su forma de actuar es parte de una etapa de desarrollo normal, y no un ataque personal.
Establecer Límites y Expectativas Claras:
- La consistencia en las reglas y la explicación de su razonamiento promueven la comprensión y el respeto (Baumrind, 1991).
- Involucrar a los adolescentes en la creación de normas fomenta la responsabilidad y el sentido de pertenencia (Coloroso, 1994).
- Para no caer en extremos de permisividad o autoritarismo, es recomendable buscar un equilibrio, donde se establezcan reglas claras, pero también se permita la autonomía del adolescente.
Fomentar la Independencia Gradual:
- Delegar responsabilidades y permitir la toma de decisiones apropiadas para su edad fortalece la autonomía y la confianza (Erikson, 1968).
- Apoyar sus intereses y pasiones, y animarlos a explorar nuevas actividades, impulsa el desarrollo personal (Larson, 2000).
Apoyo Emocional Incondicional:
- Validar sus emociones y mostrar disponibilidad incondicional fortalece el vínculo afectivo (Gottman & DeClaire, 1998).
- Ofrecer estrategias para manejar el estrés y la ansiedad contribuye al bienestar emocional.
- El amor incondicional es la base de un apego seguro, lo que ayuda a los adolescentes a desarrollar una autoestima sana, y una buena inteligencia emocional.
Ser un Modelo a Seguir:
Los padres deben modelar comportamientos y actitudes positivas, así como una gestión emocional saludable (Bandura, 1977).
Cada adolescente es único, y no existe un manual definitivo para criarlos. Sin embargo, con amor, paciencia y comunicación, este viaje puede ser una experiencia enriquecedora para toda la familia. Recuerda que ser un apoyo constante, sin imponer ni juzgar, hará que tus hijos se sientan seguros y confiados en su camino hacia la adultez.
¿Reconoces desafíos en la crianza de tu hijo adolescente? Sabemos que cada etapa presenta particularidades y que, a veces, se necesita apoyo adicional. Si deseas acompañar a tu hijo en la construcción de un futuro donde gestione sus emociones y tome decisiones acertadas, te ofrecemos nuestra ayuda, déjanos tus datos y uno de nuestros psicólogos se pondrá en contacto contigo.
Referencias
Arnett, J. J. (2019). Emerging adulthood: The winding road from the late teens through the twenties (2nd ed.). Oxford University Press.
Bandura, A. (1977). Social learning theory. Prentice Hall.
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